jueves, 22 de abril de 2010

Siembra de cenizas

No sé cómo gradecer tanto. La sensación de paz que te inunda cuando observas la hoguera, es al misma que se refleja en sus ojos:un llama azulada.
Aún me aprieto desde dentro, con el miedo de que algo malo pueda ocurrir.
Con su propia banda sonora: Azul y aroma de incienso.

sábado, 17 de abril de 2010

Findes

No sé cuanta agustez:
Me he despertado casi a las diez y me he quedado en la cama más de tres cuartos de hora,
y ha merecido la pena.
Ha entrado el sol por la ventana,
ya han brillado en el aire algunas motas de polvo.
He salido a la ventana y hacía una estupenda mañana.
He bajdao al bar para desayunar y he leído en el Marca que se ha lesionado el ñiñato.
Y no me he acordado de ti hasta pasado un buen rato.
Luego han venido estos por aquí y nos hemos bajado a tomanos unas cañas,
y me he reido con ellos.
He estado durmiento hasta las seis y después he leido unos tebeos de Spiderman,
que casi no recordaba.
Y he salido de la cama.
He puesto la tele había un partido y Mendieta ha marcado un gol realmente increíble.
Y me he puesto triste el momento justo antes de irme.
Había quedado de nuevo a las diez y he majado en el coche hacia los bares de siempre,
donde quedaba contigo,
no hacía nada de frío.
He estado con Erik hasta las seis y nos hemos metido cuatro millones de rayas.
Y no he vuelto a pensar en ti hasta que he llegado a casa, y ya no he podido dormir como siempre me pasa.
-J.
Con su propia banda sonora: La playa+fregado.






jueves, 15 de abril de 2010

Dory

No sé de dónde viene ese continuo desagrado del ser, esa continua búsqueda, sin nunca encontrar. Frecuentemente rodeado de creatividad y sin pararse a disfrutarla en su plenitud, cegado por placeres futuros.
Abrumada por nada y por todo, con al mentalidad de una veleta diplomática y su propia banda sonora: Stay too long.



martes, 6 de abril de 2010

Agridulce

No sé cómo me sentiría en un jardín de mantequilla, pero creo que sería una sensación parecida a la que fluye por mis entrañas.
El vértigo de los rascacielos y el aíre en la cara, mientras tomas de cada mano, a la vulnabilidad y la voluntad.
Con su propia banda sonora: !Adios muchachos! y paseos por la costa.