No sé por qué me empeño en agotarme con arrebatos viscerales, cuando con un único aroma, sonido o sentimiento todo vuelve a tener sentido y pasa a ser incuestionable.
Las relaciones humanas son muy frágiles y cada día se deben ir cuidando, pero existe algo que sabes que existirá simpre en ellas.
No sé en qué momento se pasa de ser chica a señora, pero últimamante me voy hacercando más al segundo término que al primero, al menos para el resto de desconocidos que se dirigen hacia mí en tercera persona.
La verdad es que me irrita considerablemente, porque la parte del cuento que mas me gusta es cuando la calabaza se convierte en carroza y no al contrario.
No sé cómo lo hace la gente que es incapaz de sentir, ridiculizarse o agradecer por el mero placer de hacerlo, sin más, sin buscar nada a cambio.
Pienso que ese tipo de sentimiento forma parte de nuestro instinto más animal. Ese mismo instinto que nos empeñamos que desaparezca, para ir creando así una sociedad más autómata, con frialdad robótica.
No sé de qué tipo de pasta está hecha la gente que necesita meterse en la vida de los demás para justificar la suya propia. Pero lo que más me molesta es que siempre acabo asqueda con este tipo de situaciones deseando que no me influyan tanto e intentado justificar cada uno de mis pasos. Cuando al final llego a la concluión que lo mejor es: "y a tí que Coño te importa".
Con su propia banda sonora: Spanish bombs y asqueada de lo que me rodea.
No sé cómo hay días en los que comerse el mundo parece lo más fácil que hacer. Sin embargo otros no puedes ni con tu alma y el sofa parece el mejor refugio para el aislameinto de las infinitas reponsabilidades que no cesan de rondar la mente.
No sé cuando encontraré mi momento de estabilidad, dicen que con la madurez se consigue, pero hoy por hoy puedo pasar de un estado de ánimo al opuesto en cuestión de segundos.
Acabando de abrir una caja me sorprendo con la decepción de lo previsible, y con la ira de mi desengaño acabo recibiendo la añoranza de un amigo, saltando de un lado a otro como una niña en la cama eláctica.
Con su propia banda sonora: Celebrity skin y tiempo hipotecado.
No sé si nuestra sociedad sería la misma si ellos no hubieran hecho las cosas cómo las hicieron. Pero lo que sí que tengo claro, es que parte de la sociedad que somos es gracias a los que pasaron por aquí y dejaron su huella.
Así me paro a pensar en las personas que han pasado por mi vida y han dejado su marca, y en cómo ésta ha sido reciclada por mi y ha dado lugar a lo que ahora soy.