El día se ha despertado confuso, con un calentador roto que no deja que me pegue mi ducha matutina. Y en mitad de la desesperación y sólo queriendo tener momentos tranquilos previos a las citas ya predefinidas, mi lobezno ha sabido sacar sus garras al más puro estilo X-men.
Con su propia banda sonora: Baby, I love you y sabor a yodo.